Dos vigiladores fueron detenidos por un robo en un country de Pilar

Dos vigiladores privados, uno de ellos ex gendarme, fueron detenidos acusados de haber robado casi 100.000 dólares, armas y joyas a un matrimonio el lunes pasado, en su casa del country Boca Ratón, del partido bonaerense de Pilar. Los investigadores sospechaban de los empleados de seguridad porque el cerco del predio, que fue cortado por un ladrón, tiene sensores. La alarma sonó y nadie del personal intervino.

Los implicados fueron identificados como Jorge Paredes, de 43 años, quien fue echado de la Gendarmería en 1999, y Mario Fressoni, de 30, quien tiene antecedentes por robos a bancos. Paredes fue detenido en el acceso al barrio mientras estaba trabajando. Efectivos le requisaron una pistola Taurus sin documentación y que tenía un pedido de secuestro por un robo cometido en Morón, en 2009. Luego allanaron un departamento que tiene en Avenida de Mayo al 300, en Ramos Mejía, y allí hallaron un revólver Taurus que había sido robado al vecino del country. La mayor parte del botín fue encontrada en la casa de Fressoni, en Moreno. Guardaba 20.000 dólares, 19.000 pesos, tres relojes Rolex y un anillo de oro. Los imputados quedaron detenidos acusados de “robo calificado, portación ilegal de arma de uso civil y tenencia ilegal de arma”.

El asalto fue a las 4.30 del lunes pasado, en el barrio cerrado situado en el kilómetro 12 de la ruta 25. Gabriel Viazzo, de 36 años, y María Pigini, de 29, llegaron a su casa del lote 171 durante la madrugada y fueron sorprendidos por un delincuente armado, que había ingresado al lugar tras hacer un agujero en el cerco perimetral. El asaltante, que tenía el rostro cubierto, estaba en el dormitorio de la planta alta vaciando la caja fuerte. Tomó dinero y tres armas que tenían. Luego, tras encerrar al matrimonio en la pieza, escapó con el botín a pie por el mismo agujero que había realizado para entrar.

Fuente: La Razón

Declaran vigiladores del country El Carmel

El juicio por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce continuará hoy con la declaración de varios vigiladores y mañana será el turno de una de las indagatorias más esperadas, la de la masajista Beatriz Michelini, una de las imputadas.

La sexta audiencia se iniciará a las 10 en la sala del entrepiso de los tribunales de San Isidro, en la calle Ituzaingó 340.

Los testigos que desfilarán hoy frente al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro serán los vigiladores Claudio Maciel, Eduardo Vera, Juan Marcelo Páez y Julio Terán.

También fue citado por la fiscalía Jorge Tomás González Zuelgaray, un vecino del Carmel y médico del Hospital Austral, al que Irene Hurtig, la tarde del crimen, fue a buscar para que auxiliara a su hermanastra María Marta, pero no estaba en el country.

Además, desde la casa de González Zuelgaray, los empleados de la empresa «Cazadores» vigilaban la casa del vecino Nicolás Pachelo, quien era sospechoso por una serie de robos en el country.

Mañana. en tanto, será el día más importante de esta semana en el juicio, ya que será la imputada Michelini, la masajista de María Marta, quien declarará «todo, todo, todo, no se va a guardar nada», según adelantó su abogado, Roberto Ribas.

Michelini fue la primera persona en intentar asistir a María Marta cuando logró ingresar al country y, al llegar a la casa, el viudo Carlos Carrascosa la recibió pidiéndole ayuda porque, según dijo, tuvo un accidente en la bañera.

Quedó imputada por encubrimiento porque limpió la escena del crimen, aunque tratará de explicar que lo hizo sin saber que allí había habido un homicidio.

El jueves será el turno de otros testigos clave, entre ellos el chofer de la ambulancia de Paramedic, Walter Beltrán, compañero del imputado médico Juan Ramón Gauvry Gordon; Santiago Biasi, el otro médico en llegar a Carmel en una ambulancia de Emernort; el conductor de esa ambulancia, Antonio Cachi; y Diego Piazza, el estudiante de medicina que intentó asistir a María Marta.

También fueron convocados Manuel Nolting, un médico que vivía en Carmel y aseguró que Carrascosa y el resto de los familiares y amigos le impidieron ver el cadáver de María Marta, y Marcos Carranza Vélez, otro vecino que fue testigo de ese momento.

Aparte de Michelini y Gauvry Gordon, los otros cuatro imputados por el encubrimiento agravado son el cuñado de María Marta, Guillermo Bártoli; el hermano Horacio García Belsunce (h); el medio hermano John Hurtig y el vecino y amigo Sergio Binello.

Fuente: Diario Hoy

Vigiladores se resisten a ayudar a la Metropolitana

El acuerdo entre los vigiladores privados y la Policía Metropolitana para trabajar en conjunto todavía no se cerró. Resulta que desde el Sindicato Único de Trabajadores Custodios y Afines (SUTCARA) rechazaron el convenio que firmó el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, con la Cámara que los nuclea.

Uno de los representantes de SUTCARA, Alejandro Ramírez, manifestó al portal de Noticias Urbanas que “repudian la acción y que el problema de la inseguridad lo debe resolver la Policía Metropolitana”. E indicó que “el desacuerdo está en cómo el Gobierno y la Cámara establecieron el convenio”.

El plan que pretende llevar adelante el Ejecutivo local a partir de febrero tiene como objetivo desarrollar un trabajo mancomunado entre la Policía Metropolitana y ciudadanos de la sociedad civil, quienes en caso de percibir situaciones de irregularidad en la vía pública deberían notificar a la Policía porteña. En ese caso, todos tendrán un celular para dar aviso al Centro Unico de Comando y Control (CUCC) y recibirán un curso de capacitación.

En principio, la idea es que la unión funcione en los diez barrios en los que trabaja la Policía Metropolitana: Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Coghlan y Saavedra, de la Comuna 12; y Villa Ortúzar, Chacarita, Villa Crespo, La Paternal, Agronomía y Parque Chas, de la Comuna 15. “Este convenio con vigiladores, que hay cerca de 30 mil en Capital Federal, va a permitir una red de comunicación. Luego buscamos que se sumen taxistas, recolectores de residuos y quiosqueros”, había dicho el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro.

Fuente: La Razón