El mapa de los fondos buitre: una telaraña que los vincula y los enfrenta

La Argentina tiene un famoso enemigo desde que declaró el default de su deuda en 2001: los fondos buitre. Ellos son fondos de inversión que compraron deuda argentina y que no aceptaron ingresar a ninguno de los tres canjes de deuda que ofreció el Gobierno y que, además, pretenden cobrar el 100% del valor de los bonos.

Los fondos buitre son parte de los ‘holdouts’ (los que se quedan fuera), porque son acreedores que eligen mantenerse al margen de las reestructuraciones de deuda con la intención de cobrarse posteriormente el valor total.

Pero los fondos buitre, en muchos casos, son viejos conocidos entre ellos. Algunos son hoy “aliados” contra la Argentina pero antes estuvieron enfrentados en batallas legales. Mientras que otros se muestran cerca del Gobierno, pero son socios comerciales con los “fondos buitre malos” en otras empresas.

En concreto: una verdadera telaraña que los vincula y los enfrenta.

Aliados pero socios

En una vereda, el Gobierno ubica a Paul Singer, el fundador de Elliot Management y cara visible de los fondos buitre que, junto a Mark Brodsky, de Aurelius, Thomas Kempner, de Blue Angel, y otros fondos más chicos y particulares litigian contra la Argentina.

En la vereda de enfrente se encuentra George Soros, un multimillonario que recientemente compro acciones de la petrolera estatal YPF, y que en el relato del Gobierno es un fondo “bueno”.

Pero Soros y Singer (y otros fondos) son «socios» (accionistas) en una empresa que busca petróleo en Malvinas.

buitre

¿Es o no es?

La presidenta Cristina Kirchner confundió el mes pasado a Sam Zell, también millonario, con Mark Brodsky, de Aurelius. Claro, ambos son grandes fondos de inversión, aunque Sam Zell solo tuvo activos en la Argentina en el pasado. Zell era dueño de Equity Office Property Trust que se la vendió al fondo Blackstone, que a su vez tiene bonos argentinos en default. Y BlackRock, el principal gestor mundial de fondos de inversión es un desprendimiento de Blackstone, que a su vez posee acciones en la gráfica Donnelley, que recientemente quebró. La presidenta Cristina Kirchner apuntó contra BlackRock, por tener supuestos vínculos con el titular del holdout NML, de Paul Singer, por considerar que está detrás de la quiebra solicitada por Donnelley. Cristina confundió a Zell con Brodsky, quien fue colaborador de Singer en NML. Un embrollo.

Pero hay más. En verdad Zell sí tuvo algo que ver con Brodsky, por la quiebra del multimedio estadounidense Tribune, en el la cual estuvieron enfrentados.

“No hay nadie como Elliot para comportarse como Elliot”

Otro fondo de inversión que tuvo bonos argentinos pero que ya los vendió es Greylock. Sin bien ya no es más “un fondo buitre”, considera que ganarle una pelea a Paul Singer es casi imposible, porque “no hay nadie como Elliot para comportarse como Elliot”.

Cronista.com armó un mapa para tratar de entender algunas de las relaciones entre los fondos buitre.
www.cronista.com

Un fondo buitre confía en que se puede llegar a un arreglo

ElliotSe lo dijo Elliot a inversores. Ocurre cuando el país y bonistas buscan destrabar el litigio.
Habló un buitre. El dueño de Elliot criticó hasta a Obama por el manejo de la economía de su país.
Un fondo buitre que litiga contra la Argentina por la deuda pública en default afirmó ayer que mantiene la expectativa de lograr una “resolución de común acuerdo” para resolver el conflicto. Las declaraciones se conocen cuando bonistas amigos del Gobierno trabajan un oferta para convencer a los buitres y desactivar un juicio que marcha a la Corte Suprema de EE.UU.

El que habló ayer fue Elliot Managment, uno de los fondos que demandó al país en los tribunales de Nueva York. Allí encontró un juez de primera instancia, Thomas Griesa, y una cámara de apelaciones, que encominó a Argentina a pagarle a él y a otros buitres un monto de US$ 1.550 millones por la violación de la clásula de tratamiento igualitario: el país paga el servicio de la deuda pública sólo a los inversores que entraron a los canjes de 2005 y 2010.

En un documento dirigido a inversores, y reproducido ayer por Reuters, el titular de Elliot, Paul Singer, comentó la performance de su fondo en el tercer trimestre del año. Destacó por ejemplo que “el trimestre fue de intensa actividad por la posición en la Argentina”. Hay que recordar que fue en ese lapso, el 23 de agosto, cuando la Cámara de Apelaciones ratificó que la Argentina había violado el pari passu (tratamiento igualitario). Y que dos días después, la Presidenta Cristina Kirchner, anunció por cadena nacional que abriría el canje y modificaría la legislación de pago.

Ninguna de las dos iniciativas prosperaron.

En paralelo, el fondo Gramercy paseó una oferta entre tenedores de bonos argentinos con el objetivo de convencer a los buitres para abandonar sus reclamos sobre la Argentina. De ese modo, y si el plan Gramercy triunfara, el fantasma del default técnico se alejaría. Dos semanas atrás Clarín informó esta inciativa que consiste en conseguir el voto del 85% de los bonistas para modificar las condiciones de emisión y redireccionar por 5 años 20% de los intereses de estos títulos. Así, se fondearía una cuenta para incrementar el valor de la oferta “tradicional” del canje.

En las últimas dos semanas hubo reuniones en Nueva York y Londres entre tenedores de deuda argentina sobre el plan Gramercy.

Clarín pudo averiguar: – las autoridades del Ministerio de Economía están al tanto de la operación y acompañan, – Gramercy estudia distintas alternativas, todas, preliminares, – los bonistas verían con agrado que la Argentina se sentara en la mesa de negociación, – no es cierto que Fintech no apoye el plan Gramercy como trascendió. En realidad, el fondo que conduce el mexicano David Martínez apoyaría la idea pero considera que el timing no es el indicado: en Fintech creen que el momento para negociar será cuando la Corte Suprema falle a favor de Elliot y Argentina se niegue a pagar.

Paradójicamente, el poder de negociación de los buitres disminuye a medida que se acerca el final del juicio: aún cuando la Corte Suprema diera la razón a Elliot, la Argentina no pagará. Tanto la Presidenta, Cristina Kirchner, como la oposición, rechazan la demanda de los buitres. “La Argentina no estuvo mal en decir que tiene una política de Estado para resolver un tema así”, dice un vocero cercano a Fintech “Pero con Elliot hay que negociar en otras circunstancias, cuando tenga menos poder”.

Según un cálculo de la consultora ACM, los buitres conseguirían cubrir el 100% de la deuda con esta propuesta. Para Barclays, los bonistas podrían llegar a tener una ganancia entre 24% y 67%. La mayoría cree que es imposible reunir el voto del 85% de los bonistas.

Según consignó ayer la agencia Reuters, Singer consideró que mantiene la expectativa de lograr una “resolución de común acuerdo” para resolver el conflicto. No hace referencia a las últimas negociaciones. Aunque si a la intensa actividad sobre el caso en los últimos meses.
clarin.com