La mujer que vendió el Quini millonario hará una donación

SilviaParte de su comisión irá a un comedor. Y espera que el ganador la invite con champagne.

La noche del domingo será difícil de olvidar para Silvia Tejero. Casi en el mismo instante en que Leonardo Ponzio metía un zapatazo para darle la victoria a su querido River, el Quini 6 sorteaba los números que transformarían a un anónimo en millonario: “Felicitaciones”, “Vos te lo merecés”, “¡Qué suerte!”, decían los mensajes de texto que le iban llegando a su celular. La mujer no entendía por qué la felicitaban tanto por la victoria de su equipo, pero al rato le cayó la ficha: su agencia había vendido la boleta que se acaba de ganar 23,7 millones de pesos.

En la avenida Arieta 412 de Villa Luzuriaga, La Matanza, está la agencia de la fortuna. Y entre las varias imágenes del Papa Francisco, ayer se colgaron carteles que decían: “Vendimos el Primer Premio del Quini 6. $ 23.760.462. Felicitaciones”.

A los agencieros les queda el 1% de los premios que venden y a Silvia se le humedecen los ojos y se le eriza la piel cuando cuenta lo que hará con la comisión que le quedará (cerca de 200 mil pesos): “Desde hace un tiempo junto alimentos no perecederos para un comedor de chicos discapacitados de Mercedes. Parte de este dinero va a ir destinado para ellos, porque son quienes realmente lo necesitan. Ojalá que la persona que haya ganado también piense en ayudar a la gente humilde”, se esperanza.

El premio entregado el domingo es el segundo más grande de la historia del Quini 6, muy cerca de los 24.458.044,56 pesos, el mayor premio individual que el juego entregó en 2009, a una pareja de Magdalena, en la provincia de Buenos Aires.

Sobre el ganador no hay ninguna noticia, y todos los vecinos y curiosos que ayer entraban al local para saludar tenían sus propias teorías: “Ya se compró unos pasajes y se fue a vivir a una isla inhóspita del Océano Pacífico”, apuntó una señora. “Para mí, todavía no se enteró”, decía un joven. “Yo que esa persona ya mismo la invierto en departamentos, si se queda con los pesos pierde”, decía un abuelo que parecía no entender las dimensiones del premio.

La experiencia de Silvia, de 37 años y dueña de esa agencia desde hace 14, le dice que el o la afortunada ya se enteró. Y ahora ella espera que en esta semana pase y la invite a tomar un champagne: “Mis clientes son todos del barrio, no hay nadie que venga aquí de paso. Estoy segura de que es una persona que conozco”. No es la primera vez que su local le cambia la vida alguien. En 2000, cuando apenas había abierto, vendió el cartón del Telekino que se alzó con 1.200.000 pesos-dólares. En esa oportunidad había sido un jubilado el afortunado, que pasó a saludar, pero que nunca más volvió. Para Silvia su amado River, “El millo”, arrancó bien el año. Pero en Villa Luzuriaga hay otro millonario que lo empezó mejor.

Fuente: Clarín