El cepo cambiario acorrala a productores. Advierten caída en las ventas de propiedades e importantes incrementos en los valores de los insumos
La escasez de dólares, agravada por el desplome de las reservas del Banco Central, no sólo ha deteriorado la competitividad de los pocos sectores que aún pueden producir con cierto valor agregado en nuestro país, sino que amenazan la rentabilidad productiva en el campo.
La cura buscada por el kirchnerismo resultó ser peor que la enfermedad. El cepo al dólar no ha hecho otra cosa que asfixiar económicamente a las inmobiliarias del sector y a los productores rurales. Días atrás, la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) alertó sobre la crítica situación que atraviesa la venta y alquileres de los campos por la restricción al dólar.
“El sector inmobiliario rural argentino continúa atravesando un frente crítico de gran incertidumbre por las restricciones a la adquisición de divisas”, sostuvieron desde CAIR. Además señalaron que “las políticas gubernamentales apunten a seducir a inversores y no ahuyentarlos como está sucediendo en la actualidad”.
En otras palabras, sin inversores es imposible mejorar la capacidad productiva, especialmente en el rubro alimentos. Al no poder producirse más, no se mejora la oferta y ello contribuye de sobremanera a la espiral inflacionaria, que lleva a que en la Argentina, un país que hasta hace unas décadas era considerado el granero del mundo, haya precios en las góndolas imposibles de afrontar para la clase media y los sectores populares.
A su vez, los productores indicaron que la “gran carga” tributaria que pesa sobre las propiedades sumada a una “alarmante suba” de costos, trae como consecuencia final una “baja rentabilidad y hace que el productor rural esté preso de su patrimonio y sin renta alguna”.
Cuestionamientos de los ruralistas
En diálogo con Hoy referentes rurales alertaron sobre la crisis que afecta al sector, tanto en las transacciones de propiedades como en los aumentos de los precios de los insumos.
“Indudablemente hay una restricción muy fuerte y ha habido una caída en los valores de la tierra. Son pocas las operaciones que se están dando. Las versiones que nos llegan es que ha habido por falta de interés en los inversores, una caída en los valores de las propiedades. Creemos que esto está basado en esta restricción al dólar”, aseguró el Presidente de Carbap, Horacio Salaverri.
“El mercado inmobiliario, que siempre se ha manejado en dólares, ha tenido desde el principio del cepo al dólar serias complicaciones”, agregó Alfredo Rodes, analista económico de la Confederaciones Rurales Argentina (CRA).
Sin duda que el campo argentino se encuentra en una paradoja que terminará convirtiéndose en una encrucijada, ya que por un lado, el campo a través de la exportación de soja representa la principal fuente de ingreso de dólares, mientras que por otro lado, la falta de divisas extranjeras –que son acaparadas por el gobierno- amenaza con estancar la producción de dicho sector.
A partir de esto, y desde una mirada productiva no sólo entran en crisis las medidas restrictivas para la compra de dólares, sino que en el foco de la cuestión pasa a ubicarse el modelo productivo nacional, el cual, a contramano del discurso k, sigue siendo exclusivamente dependiente del agro.
Pequeños y medianos productores contra las cuerdas
El desarrollo del mercado paralelo, producto de las restricciones, empezó a generar serios inconvenientes en los pequeños y medianos productores, principalmente en lo que hace a la compra de insumos para maquinarias agrícolas.
Los ruralistas denuncian que los intermediarios terminan trasladando la cotización del dólar negro a los repuestos que venden lo que genera un alza indiscriminada de los precios.
“Estamos sufriendo un aumento del precio en dólar de los insumos. Aquel que vende insumos ubica el precio informal ya que no puede corregir al valor. Corrige el valor en negro”, advirtió Salaverri.
El problema de las restricciones a las importaciones
A parte del cepo al dólar, el gobierno nacional, a través del polémico Secretaria de Comercio, Guillermo Moreno, ha profundizado la restricción a las importaciones en un intento desesperado por equilibrar la balanza comercial que viene restándole al estado nacional un importante caudal de divisas norteamericanas.
En ese marco, el principal afectado en el campo es la producción de maquinaria y la inaccesibilidad a los insumos que no se fabrican en el país. “Por las trabas a las importaciones se complica el acceso a los repuestos. Uno no consigue lo que quiere sino lo que hay. Es un mercado cada vez más restringido. El productor no está haciendo inversiones en maquinarias para intentar tener un buen costo de producción. Las ventas de maquinarias están paradas por falta de rentabilidad”, destacó Roldes.
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